Un catzo de cultura

El Vaticano es un pequeño reino que vive practicamente de 3 cosas: 1) el turismo (es increible las obras que podés financiar dominando la mente de europa por varios siglos), 2) la venta del papa merchandising (te compras el muñequito del papa, después querés tener el papa movil y el anticristo para luchar en la bañadera) y de 3) lo que la iglesia le pide a sus fieles a cambio de traducirles historias en sanscrito, fenicio, griego y latín.
Pero no todo es humo loco y alegre celibato en Cristolandia. Como el resto del mundo, este reino se enfrenta a las negras nubes de los problemas económicos. El segundo pilar de su economía, el papa marketing, está fracasando. Here's why: the new pope don't sell. El viejo Papa, tenía pinta de un abuelito bueno. El nuevo se parece más a un gremlin nazi. Los negocios del vaticano están como locos. Por qué reemplazamos a un Frank Sinatra por un Nosferatu (un Drácula achicharrado), dicen. ¿Quién quiere comprar un llavero de Raztinger??? Extreme, muchachos. Just plain nuts.
Aún así, hay esperanza: Se viene la moda papal. Pero no por el nuevo papa. Sino por Jean Paul. Acordemosnos que todo lo nuevo de hoy se usó por primera vez hace 10 o 20 años.
Sí, prepárense porque se viene el púrpura cardenal y el amarillo vaticano. Aquellos de poca fé sólo agreguenle un chic o un trash y vean q bien que suena. Vati-chic o el Papa-trash. Y ni hablar del Cristo-glam.
Hoy, un poco de eso y algo más. Clavate un capuccino, unas bolas de fraile y dos ave maría cause the kingdom of heaven is at hand! Repent sinners! Repent!














































































Y una joyita.

Chin-chin. ;)